La fábrica de quesos Gorfolí se encuentra en la provincia de Asturias, en un pueblo llamado Taborneda (Illas) a las faldas del monte que da nombre a la Quesería.
Nuestras instalaciones cuentan con todo el equipamiento necesario para la elaboración de nuestro queso, asegurando una calidad del producto avalada por los más de 50 años de historia que llevamos en el sector y manteniendo, en todo momento, una escrupulosa higiene que se consigue siguiendo las indicaciones del ministerio de sanidad y las buenas prácticas que el veterinario ofrece a la fábrica en sus frecuentes visitas.
Al llegar la leche a nuestras instalaciones, y una vez se ha hecho un análisis de la misma en el laboratorio, llega a la sala de recepción y pasteurizado.
El segundo paso empieza en la sala de elaboración, donde la leche pasteurizada sigue un flujo hasta llegar a la cuba que le corresponda en función del tipo de queso que se vaya a elaborar.
Una vez el producto es elaborado el momento de mantener los quesos hasta su distribución. En caso del Queso Tierno Gorfolí pasará unos 20 días en las cámaras de maduración, el Queso Fresco y Requesón esperarán en las cámaras de frío hasta la mañana siguiente para ser distribuidos.
Para conseguir nuestro objetivo de controlar todo el ciclo de vida del producto es importante una distribución en la que se controlen en todo momento las cantidades distribuidas y se mantenga una temperatura e higiene acordes a nuestros pilares de calidad.
Mantener en movimiento un queso como el fresco y el requesón y conseguir que el producto llegue a los clientes con las garantías que ofrecemos no es un trabajo sencillo, pero la experiencia y los años al frente de la quesería nos permiten asegurar que el producto llegará con unas condiciones ideales para su consumo.
Uno de los grandes éxitos de Gorfolí es la presencia en el mercado de Charcuterías Gorfolí, pertenecientes también a la familia.